La educación protege a los niños y niñas sirios refugiados en Líbano
En el mundo hay más de 65 millones de personas refugiadas y desplazadas. Son las peores cifras registradas en la Historia y se prevé que siga aumentando. Estas personas huyen del enquistamiento y la propagación de guerras, huyen de la injusticia, de la pobreza, de persecuciones por motivo de raza, religión, nacionalidad, del cambio climático o a causa de desastres naturales. No les queda otra alternativa que abandonar sus casas o sus países en busca de protección para salvar su vida y la de sus familias.
En el último año hemos visto un aumento sustancial de personas de diversas nacionalidades que se arriesgan a cruzar el Mediterráneo para alcanzar Europa. En 2015 más de 1 millón de personas intentaron entrar en Europa en busca de protección y seguridad y en lo que llevamos de año 2016, 191.134 personas lo han intentado. De ellos, 3.771 perdieron la vida en el mar en 2015 (Fuente: OIM) y 1.370 en lo que llevamos de año. En cuanto al origen de estas personas, Siria encabeza la lista con casi un 50%, seguida de Afganistán e Irak.
El 85% de las personas refugiadas y desplazadas permanecen en países limítrofes a países en conflicto, como es el caso de los sirios que huyen de la guerra contra la población civil que ya entra en su 6º año. El 50% de la población siria está en situación de desplazamiento. Hay 4,5 millones de refugiados sirios en países como Turquía (2,5), Jordania (635.324), Irak (245.022), Egipto (117.658) o Líbano (1,1) y 7,5 millones de sirios desplazados dentro de Siria. En total, más de 12 millones de personas obligadas a desplazarse forzosamente.
Número de personas sirias refugiadas en cada país vecino. / FUENTE: Acnur
Los que permanecen en Siria viven situaciones terribles. Han tenido que vender todos sus objetos de valor para poder sobrevivir y se están quedando sin dinero. "Esta es la razón por la que se ven obligados a salir. Además de la amenaza constante de ataques de mortero. La gente tiene miedo de enviar a sus hijos a la escuela, obligándolos a permanecer prácticamente prisioneros en sus hogares", explica Nawras Sammour SJ, director del Servicio Jesuita a Refugiados en Siria.
Las personas que han decidido salir de Siria y que llegan a los países vecinos se enfrentan a nuevas dificultades. Tienen prohibido el empleo legal y deben competir por empleos limitados en el sector informal. Además, después de años de exilio, muchas familias han agotado sus recursos y cada vez están más desesperadas.Además, no se están atendiendo las complejas necesidades educativas de las personas obligadas a huir de sus hogares, lo que compromete el futuro de generaciones enteras: los niños, niñas y jóvenes refugiados tienen cinco veces más probabilidades de estar sin escolarizar que los no refugiados.
La educación en situaciones de emergencia es una intervención que salva las vidas de niñas, niños y adolescentes que se han visto desplazados por la fuerza de sus hogares. Cura traumas, promueve la dignidad humana y el desarrollo de habilidades. Los ataques a las escuelas, las guerras, los desastres naturales y la mayor crisis de refugiados desde la II Guerra Mundial han aumentado la necesidad de brindar educación en situaciones de emergencia. La educación no es solo enseñar, es ofrecer protección a las niñas y los niños.
Entreculturas apoya la labor del Servicio Jesuita a Refugiados en Líbano
Nuestra principal contraparte en temas de refugio y desplazamiento es el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS por sus siglas en inglés). Además de estar presente en África y en América Latina, el JRS está trabajando en todo Oriente Medio y en Europa para ayudar a las personas más vulnerables.
En respuesta al flujo de refugiados provenientes de Siria, las oficinas del JRS también se expandieron a Jordania, Líbano y Turquía, donde se centraron en el acompañamiento a las víctimas traumatizadas por la violencia.
Según los datos más recientes de ACNUR, Líbano acoge en estos momentos a 1.100.000 personas refugiadas procedentes de Siria. De ellas, 502.000 son niños y niñas en edad escolar.
“Los niños llegan asustados, sin saber dónde están, hace años que no van al colegio, no saben coger un lápiz”, nos cuenta Ángel Benítez, Director de la escuela de Bourj Hammoud en Beirut, uno de los proyectos que el JRS junto con el apoyo de Entreculturas está desarrollando en Líbano. “Los niños que vienen a esta escuela ya eran vulnerables en Siria, de ambientes rurales, desfavorecidos, con poca educación. A eso hay que sumar el trauma de la guerra, todos ellos han vivido la guerra, han oído los bombardeos, tiros, han visto casas destrozadas, han visto a gente cercana morir, han salido de su país y aquí viven precariamente. Si un solo factor de estos ya es complicado, imagínate su sumas todos” nos dice Ángel. Las realidades vividas por estos menores son muy traumáticas, muchos de ellos necesitan apoyo psicológico para poder asumirlas, llegan asustados, muchos de ellos no hablan hasta meses después. “En España, en un colegio suele haber un 5% de niños con problemas importantes, aquí es un 95% de niños y niñas con estos problemas. La guerra ha dejado muchas secuelas en ellos”, señala Ángel Benítez.
Para los niños y niñas sirios, la educación les permite volver a encontrar un marco de normalidad que contribuye a la reconstrucción de sus vidas, adquiriendo capacidades y habilidades para el futuro. Como dice Ángel, “a los 2 o tres meses de entrar en la escuela se empieza a notar un cambio en ellos, empiezan a estudiar, a jugar, a aprender, empiezan a recuperar lo que nunca debió perderse, el derecho a ser niño, a disfrutar de la infancia y a aprender”.
Rim Reen, tiene 11 años. Huyó de siria con su tío cuando una noche vieron como un proyectil caía y destrozaba la casa de sus vecinos. “Estoy bien en Líbano, aquí no hay guerra, pero estaba muy bien en Siria cuando tampoco había guerra. Ahora solamente quiero juntarme con mi madre y mi padre y estar bien todos”. Rim es una de las alumnas de la escuela de Bourj Hammoud.
Ruben tiene 15 años. “En Siria no había colegio, las escuelas no funcionaban. Yo solía ir a la escuela con mis amigos y a la tarde estudiábamos juntos y luego salíamos al barrio a jugar. Después llego la guerra y ya no salíamos de casa. Nos fuimos a casa de mis abuelos que viven en otra región de Siria y allí aún no había enfrentamientos, pero luego comenzaron allí también y nos tuvimos que venir a Líbano. Aquí estoy bien, puedo salir a las mañanas de casa, ir al colegio, no hay disparos, pero vivía mejor en Siria, echo de menos mi casa, echo de menos a mis amigos, echo de menos todo".
En Líbano, el JRS -con apoyo de Entreculturas- está desarrollando los siguientes programas educativos:
- Kindergarden: preescolar para que los niños/as pasen a primaria de educación libanesa con las bases en idiomas y hábitos de comportamiento básicos para que puedan integrarse efectivamente.
- Remedial (equivalente en España al refuerzo escolar): solo para niños/as que están matriculados en escuelas libanesas. Estos niños que están en la educación pública tienen muchas dificultades por el diferente nivel educativo, el idioma y sufren mucho acoso escolar.
- Educación formal: escuelas privadas del JRS donde se está dando educación primaria acreditada.
Estos programas se llevan a cabo en Bourj Hammoud (Beirut), Jbeil y en el Valle del Bekaa. Para los niños y niñas sirios, esta oportunidad les permite volver a encontrar un marco de normalidad que contribuye a la reconstrucción de sus vidas, adquiriendo capacidades y habilidades para el futuro.
Peticiones a gobiernos e instituciones internacionales
Desde Entreculturas nos sumamos a las peticiones del JRS a los gobiernos e instituciones internacionales a quienes solicita redoblar los esfuerzos para garantizar la seguridad y la dignidad de las personas refugiadas a través de políticas justas y generosas que respeten el derecho internacional y las normas humanitarias:
- En primer lugar, los refugiados deben tener caminos seguros y legales para solicitar asilo. Los miembros de la Unión Europea deben garantizar que las políticas relacionadas con la entrada, la recepción y el tratamiento de los refugiados que llegan se desarrollan y llevan a cabo de manera humana, generosa, y unificada, de conformidad con sus obligaciones legales en virtud de los refugiados y las leyes internacionales de derechos humanos. Los miembros deben respetar también el derecho al asilo de los individuos consagrado en la Carta de la UE sobre derechos fundamentales.
- Aunque el gran foco de atención en Europa son los sirios, los derechos de los refugiados de otras nacionalidades no se deben despreciar. El asilo se basa en las necesidades humanas y no está limitado por consideraciones de raza, religión, etnia o nacionalidad.
- La Unión Europea debe permitir a los refugiados viajar con seguridad y no tener que depender de las mafias que los suben a embarcaciones donde muchos de ellos mueren. Para lograr esto se deben implementar una serie de medidas para facilitar la llegada a Europa (por ejemplo, un sistema de visa humanitaria común). Es necesario proteger los derechos de las personas desplazadas por la fuerza que están buscando asilo en la UE. La UE debería también adoptar medidas para facilitar la reunificación de las personas desplazadas por la fuerza con otros miembros de su familia que ya se encuentren en la UE.
Un padre y su hija permanecen sentados frente a la barrera policial en la frontera entre Grecia y Macedonia. / FOTO: Sergi Cámara
- El acceso a reasentamiento debe ser mejorado. Se debe aumentar el número de plazas de reasentamiento y el número de países para reasentar.
- Los países receptores deben ayudar a los refugiados permitiéndoles el derecho al trabajo y proporcionando ayuda para el empleo.
- Todos los refugiados y solicitantes de asilo deben ser tratados por igual y deben recibir protección, la asistencia y el acceso a soluciones duraderas, sin discriminación.
- La educación es un derecho de todo niño y niña. La UE debe garantizarlo.
- Por último, la crisis actual no puede resolverse totalmente a menos que la ONU y los gobiernos lleven la guerra en Siria a su fin. El JRS apremia a los gobiernos e instituciones internacionales a trabajar vigorosamente para buscar una paz negociada en las que se puede garantizar la seguridad y la participación de los sirios de todas las comunidades.