Volver al cole puede costar muy poco...
Entreculturas trabaja para hacer que la vuelta al cole sea una realidad en el mayor número de países posible. Para impulsar esta labor, acaba de lanzar una campaña con la que pretende demostrar que "volver al cole puede costar muy poco". Sólo un pequeño gesto más junto a los que ya realizan las familias españolas para garantizar el acceso a la escuela de sus propios hijos e hijas.
El difícil contexto de un campo de refugiados, la escasa prioridad que se concede a la educación en los barrios urbano-marginales, la falta de profesores formados y motivados y la ausencia de infraestructuras escolares o materiales didácticos de calidad son algunas de las principales limitaciones que obstaculizan el derecho de muchos niños y niñas del mundo a acceder a una buena educación. Entreculturas considera que esta situación es injusta ya que todas las personas merecen las mismas oportunidades. Por eso apela con esta campaña a la capacidad de todas y todos los ciudadanos de intervenir para revertir esta realidad.
Un pequeño gesto significa mucho. Con tu ayuda, volver al cole en los países desfavorecidos puede costar muy poco...
Más y mejor material pedagógico en las escuelas
"Nunca hemos tenido suficientes pizarras, sillas, ni pupitres. Y ahora tampoco tenemos suficientes clases. No hemos recibido nuevos libros de texto. No podemos ofrecer estudios si nadie asume los gastos (libros, pizarras, plumas, lápices, tizas y la reparación y reconstrucción de edificios). Cada trimestre recibimos una pequeña subvención del Ministerio y lo único que podemos esperar es que la aumenten para poder atender a los nuevos alumnos". Este comentario realizado por un profesor de la escuela primaria de Kisita, en Uganda, es la realidad de muchas escuelas. Es necesario que los niños y niñas cuenten con materiales para poder aprender y es necesario, además, que estos materiales se adecuen a la cultura, tanto en el contenido como en la lengua.
La importancia de la educación en los campos de refugiados
Las escuelas en los campos de refugiados no sólo ayudan a la formación y capacitación de los niños y niñas, sino que también son una fuente de estabilidad para la comunidad en su conjunto. La educación previene a los menores de caer en comportamientos de riesgo como las drogas, el crimen y otro tipo de conflictos. La educación es, a menudo, un medio para acceder a otros servicios y derechos. A través de ella se potencia la autonomía y se fortalecen las habilidades de liderazgo. Es también una vía de transmisión de mensajes sencillos y directos en relación a la salud, la sanidad, la nutrición y otras cuestiones fundamentales para la supervivencia. Sin unas actividades y servicios bien estructurados, las personas refugiadas, en particular los niños, niñas y jóvenes, encuentran mucho más complicado enfrentarse a las situaciones de emergencia, violencia y al impacto producido por su desplazamiento. Por ejemplo, a los escolares les resulta difícil recuperar sus estudios si éstos son interrumpidos durante un tiempo prolongado.
Profesores y profesoras con adecuada formación
La falta de formación, los bajos salarios, el alto índice de estudiantes por docente o la enfermedad del sida son los principales retos a afrontar en cuanto al profesorado se refiere. En cuanto a la formación, los datos hablan por sí solos. En Tanzania o Cabo Verde, el 60% del profesorado sólo tiene terminados sus estudios primarios; en Uganda y Togo, tan sólo el 50% ha recibido una formación profesional específica. Unos docentes adecuadamente formados son imprescindibles para que la educación que reciba el alumnado sea de calidad. Y esta formación ha de contemplar, tanto el que logren una solidez en los contenidos a impartir, como una adecuada formación didáctica y pedagógica para que el alumnado adquiera dichos conocimientos, además de crecer como persona.
Alternativas en contextos urbano marginales
Las zonas urbano marginales de América Latina se suelen caracterizar por la ausencia de servicios básicos como la salud, la educación, el saneamiento básico y las vías de comunicación, así como por la falta de salidas laborales y altos niveles de violencia. Ante esta situación, la alternativa para muchos jóvenes es el ingreso en las "maras" o grupos violentos que, en el fondo, pese a la dinámica "sectoide" que promueven, les reporta compañía, sustento y la satisfacción de pertenencia a un colectivo. Potenciar la educación de estos jóvenes es darles una oportunidad para mejorar sus condiciones de vida. Gracias a la educación pueden desarrollarse profesionalmente, aumentar su autoestima y mejorar la formación y visión del mundo que leguen a sus hijos e hijas.
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