Sonia Adames acerca la situación de Haití a los habitantes de Santiago

Sonia compartió primero un café coloquio con medio centenar de estudiantes universitarios en el Colegio Mayor San Agustín, quienes pudieron conocer, a través de su testimonio, el trabajo del SJR en República Dominicana y Haití. Además, Sonia ofreció una charla abierta al público en el Centro Social Caixanova, organizado por Entreculturas en colaboración con las Aulas de la Tercera Edad de Santiago.

Durante la conferencia, a la que asistieron más de 30 personas, Adames relató la dura experiencia vivida por la población haitiana y por el propio SJR tras el seísmo, que sumió al ya empobrecido país en una situación, todavía hoy, desoladora. Los planes nacionales previstos para la reconstrucción del país siguen en una fase incipiente y los recursos siguen sin estar lo suficientemente organizados para ofrecer una esperanza a la población. Muchos cadáveres siguen bajo los escombros; las medidas para el acogimiento de la población haitiana en República Dominicana se han endurecido en los últimos meses; “los efectos psicológicos del desastre son terribles”, según Sonia; y todavía un millón de personas sigue viviendo en campamentos sin servicios básicos que aseguren una vida digna. No existe, por parte del gobierno haitiano, una propuesta práctica y ejecutiva para la mejora del país. Estos son sólo algunos de los datos que Sonia Adames relató acerca de la situación actual en Haití, todavía crítica.

Ante esta incertidumbre, la directora del SJRM Santo Domingo asegura que las acciones de mejora más serias y esperanzadoras se están dando entre la población más humilde que, mostrando su lado más humano y solidario, realiza propuestas de ayuda, movilización y cambio. El trabajo, según Sonia, ha de ser “con la gente, arañando las piedras”.  Según ella, aún así, esta tarea “no llega ni a los tobillos de la situación de pobreza” que todavía vive el país.

Finalmente, Sonia Adames detalló una serie de propuestas que se están llevando a cabo con el apoyo y la solidaridad de miles de personas de todo el mundo que, a través de Entreculturas y otras muchas organizaciones, colaboran con la, ya no reconstrucción del país, sino con su “reinvención”.