RDC, un nuevo alud de refugiados

La ONU calcula que más de 200.000 personas podrían haber abandonado sus hogares en los últimos seis meses, especialmente los habitantes de la ciudad de Sake, actualmente desierta tras haber sido el principal escenario de las luchas entre los rebeldes liderados por Laurent Nkunda y el Ejército regular congoleño. Nkunda se define a sí mismo como portavoz y defensor de la minoría tutsi y sostiene que las autoridades del país respaldan a los rebeldes hutus, algunos de los cuales han sido vinculados al genocidio de Ruanda en 1994.

Por otra parte, más allá de las ambiciones de poder previsibles, parece que existen otras implicaciones que motivan el conflicto. Según miembros de la Misión de las Naciones Unidas en el Congo (MONUC), la principal demanda que Nkunda realiza al Gobierno es el retorno de los refugiados tutsis que actualmente están en Ruanda. Asimismo, la pugna por el control del Lago Albert, un lago rico en petróleo que se encuentra situado en la frontera entre Congo y Uganda, aviva también los disturbios y la inestabilidad en la zona, pese a que el presidente del Congo, Joseph Kabila, y su homólogo ugandés, Yoweri Museveni, llegaran a un acuerdo para la distribución equitativa de dicho recurso natural. 

En definitiva, la inseguridad se expande por toda la zona de los Grandes Lagos, llegando a veces a suscitar el miedo ante el estallido de una posible segunda guerra de África. En esta región, Entreculturas está muy presente apoyando al Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) en varios proyectos educativos que, pese a las hostilidades, consiguen dar sus frutos. Por un lado, promovemos el desarrollo de las escuelas de Primaria en las áreas rurales de Kongolo y Kisangani, en el sudeste de la República Democrática del Congo. En Uvira, situada en el Kivu Sur, procuramos el desarme y la reinserción social de unos 210 niños y niñas soldados, promoviendo su capacitación profesional en el Centro de Tránsito del Servicio Jesuita a Refugiados. Por otra parte, en la vecina Ruanda impulsamos un proyecto de apoyo a la educación infantil, primaria y secundaria, así como un proyecto de promoción de actividades generadoras de ingresos para los jóvenes y adultos de los campos de refugiados de Kiziba y Gihembe.

En Entreculturas consideramos que la educación es una herramienta fundamental para promover el cambio social y avanzar hacia la reconciliación.