Fernando Mendoza SJ: “Una educación de calidad es la que otorga habilidades para vivir”

¿Cómo asumes ser Director de Fe y Alegría en Colombia?

Llevo ocho meses como Director de Fe y Alegría Colombia. Antes de ocupar este cargo, estuve ocho años como rector de un colegio al sur de Colombia y, a continuación, dirigí durante tres años la Red de Colegios Jesuitas de Colombia (ACODESI). En definitiva, provengo del mundo educativo, aunque del ámbito de la educación privada, que es bien distinta al proyecto público de Fe y Alegría.

Entrar en el mundo de Fe y Alegría es una experiencia apasionante, sobre todo cuando te sitúas en la perspectiva del trabajo que realiza la Federación a nivel internacional. Es un trabajo apasionante en el que intervienen muchas manos, muchas raíces.


¿Cómo es la situación de Colombia ahora? ¿Cómo afecta al trabajo educativo de Fe y Alegría?

Bueno, es un tema que daría para hablar largo... A nivel político, realmente estamos viviendo un momento complicado en tanto que Colombia se ha convertido en una especie de isla dentro del contexto latinoamericano, una isla en el sentido de que, en estos momentos, se identifica a Colombia con el gobierno americano, concretamente con Bush, y este posicionamiento nos sitúa en contra de otros gobiernos como es el caso de Venezuela, Ecuador o Bolivia.

Por otro lado, a nivel interno, pese a que Uribe haya conseguido diezmar la guerrilla, es cierto que las FARC y los paramilitares siguen siendo el problema fundamental y el principal factor de inestabilidad en Colombia. El narcotráfico, la corrupción, los secuestros, los asesinatos, etc, son otros problemas ligados a esta cuestión.

¿Y en qué nos influye a nosotros? Nos influye en tanto que Fe y Alegría trabaja en sectores deprimidos, de alta inseguridad al estar presente la guerrilla, donde hay pandillas, tráfico de drogas, etc... Toda la realidad de Colombia se particulariza en nuestro contexto educativo, y es algo que tenemos que ir combatiendo poco a poco.

¿Qué papel juega el trabajo de Fe y Alegría en Colombia?

En este momento, Fe y Alegría tiene alrededor de 64 centros educativos con alumnos y alumnas de 5 a 18 años. Por otro lado, contamos con 40 hogares infantiles, en los que se presta atención a bebés desde los 0 a los 5 años. Y, finalmente, podemos citar los centros de formación técnica, en los que se ofertan talleres de albañilería, hostelería, peluquería, etc., para quienes superen la educación básica.

En la educación no formal, tenemos Centros de Desarrollo Comunitario donde damos formación artística, formación contra la drogadicción, trabajo con adultos, padres y madres de familia, jóvenes en conflicto, etc. También las Unidades Pedagógicas de Apoyo (UPA) juegan un papel importante. Las UPAs son programas desarrollados en el marco del Instituto de Bienestar Familiar (dependiente del gobierno) que se encarga de asignar un grupo de niños y niñas (máximo 12) a una madre en un barrio, y esa madre se encarga de cuidarlos durante toda la mañana mientras las otras mamás acuden al trabajo. Las llamadas "madres comunitarias", en algunas ocasiones, no saben muy bien qué hacer con estos menores y, a fin de aportarles ideas, Fe y Alegría se ha ofrecido a impartirles cursos de formación.

Después, de un modo transversal, es importante mencionar el servicio de nutrición escolar que procuramos ofrecer en los centros escolares, pues hay ocasiones en que vienen niños a la escuela sin desayunar y apenas sabemos si podrán comer después de las clases...

 

¿En qué consiste el programa de "Habilidades para vivir"?

Es un programa que, en realidad, podría ser análogo a lo que aquí llaman ustedes "Educación para la Ciudadanía". En definitiva, consiste en incluir una educación en valores que ayude a los alumnos y alumnas a tener una mejor postura frente a la vida, frente a la sociedad, frente a sí mismos y a sus semejantes. Porque una educación de calidad es la que otorga, al fin y al cabo, habilidades para vivir...

No se trata de una materia curricular necesariamente, sino que se trata de una formación que, primeramente, se imparte a los docentes a fin de que sean ellos quienes, de la manera en que mejor consideren, la apliquen luego en el desarrollo de sus clases. Es decir, que al tiempo que enseñan matemáticas, lengua o economía, trasfieran al alumnado esos valores humanos y esas enseñanzas que van más allá de los libros de texto.

Consideramos que este tipo de formación es lo que otorga "calidad" a nuestros procesos educativos. Tanto es así, que desde las secretarías educativas de otras instituciones han reconocido nuestro trabajo y lo han adaptado a sus centros; y son muchos los países vecinos que han pedido a Fe y Alegría estos materiales.

 

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta hoy día Fe y Alegría Colombia?

Quizás sea una visión personal, pero creo que la presencia de Fe y Alegría en el país es muy fuerte, y no sólo eso, sino que goza de un respaldo y de una aceptación muy importante.

Supongo que un reto en sí mismo es el hecho de seguir haciendo las cosas bien. Esto es, de continuar incidiendo en la formación de los docentes como una vía directa de mejorar la calidad educativa de nuestros centros, de mantener el respeto por los valores humanos más allá de la educación formal dentro de las aulas y, en este sentido, de reforzar esos Centros de Desarrollo Comunitario que, de alguna manera, contribuyen poco a poco a sembrar la semilla de la paz entre la población.

Asimismo, yo creo que tenemos que fortalecer nuestra práctica comunicativa, pues es fundamental comunicar acerca de nuestro trabajo, de nuestros avances y, por qué no, de nuestras necesidades. Tenemos que posicionarnos mucho más frente a los medios de comunicación, digamos que, coloquialmente "hemos puesto el huevo", pero nos falta "cacarearlo". No por orgullo, sino por mostrar que, realmente, somos una fuerza y somos un movimiento que puede aportar una palabra grande en el campo de la educación. Y que, por supuesto, queremos y podemos ofrecer alternativas de cara a construir la paz en Colombia.