5 de diciembre, Día Mundial del Voluntariado

Desde entonces, la ONU, los gobiernos y las organizaciones civiles han unido su identidad transformadora y han trabajado conjuntamente para coordinar las acciones solidarias de todos los voluntarios del mundo.

Gracias a esa comunión, el voluntariado se ha ido convirtiendo en un poderoso antídoto contra la indiferencia y es por eso por lo que desde Entreculturas queremos subrayar y aplaudir la valiosa actitud de todas las personas que, sin esperar nada a cambio, dedican su tiempo a mejorar la realidad que les rodea.

Estas navidades hemos querido reservar un espacio importante para el voluntariado en nuestro boletín. Conscientes de la relevancia que cobra la participación ciudadana en un mundo globalizado como el nuestro, destacamos la labor de los casi 300 voluntarios y voluntarias que actualmente forman parte de Entreculturas. En la Institución, entendemos el voluntariado como un proceso de encuentro del que se enriquecen tanto el individuo como el entorno en el que incide. Por eso te animamos a vivir esta experiencia y a que unas tu esfuerzo al de miles de personas en todo el planeta dispuestas a aportar su granito de arena para hacer del mundo un espacio más habitable y equitativo. Acabar con la indiferencia depende de ti. ¿Te animas?

 

Testimonios de nuestros voluntarios

Jorge Ferrer
"Experiencia Sur" en Santiago de Chile

Me llamo Jorge y he pasado cuatro semanas en la escuela María Goretti, en Santiago de Chile. La Experiencia SUR te permite vivir en un contexto y con unas personas muy distintas a las que tenemos alrededor la mayor parte del tiempo. Te obliga a salir de tu zona de comodidad y a sentirte vulnerable. Me ha resultado tremendamente valioso trabajar con las profesoras de la Escuela Goretti y ver cómo tienen que "sobrevivir" en sus clases alborotadas. Te cuentan que a veces han llegado a llorar al salir de una de ellas, pero aún así ves cómo quieren a sus alumnos. Realmente al oírlas hablar parece que se trate de sus propios hijos. Destacaría la excelente calidad humana, las iniciativas y el ánimo de las/los profesoras/es de la Escuela Goretti y de la gente de Fe y Alegría con la que tratamos. Y en especial de Sebastián Correa (Fe y Alegría Chile) que nos acogió en su casa y se esforzó enormemente para que conociéramos todas las facetas de Chile, especialmente las más humanas. Sin ninguna duda, recomiendo esta experiencia. Lo único malo es la vuelta, el tener que dejar atrás personas con las que has compartido tanto en tan poco tiempo.

 

Carmen Alexandre Hurlé
VOLPA en Camerún

Hace unos días que he aterrizado en Camerún y todavía algunos de mis sentidos no se han acostumbrado. Mi vista, mi olfato, mi oído. Si tuviera que resumir con una sola palabra la primera impresión que me quedó grabada sería "caos". Sin embargo, empiezo a comprender que se trata de un "caos" distinto al que yo estaba acostumbrada.

Empiezo a presentir que soy "la diferente". Me miran con curiosidad, pero con una mirada acogedora. Me reconcilian con el mundo dos coincidencias: la cola que me toca esperar para el control de pasaportes es la más lenta, y el miedo a que no aparezcan mis maletas es el mismo que en cualquier otro aeropuerto.

Mientras espero que este último milagro ocurra, aparece sœur Teresa en mi rescate. De repente entro en un oasis, la casa de las misioneras: limpieza, orden, olor a comida conocida, silencio de nuevo. Caminamos por el barrio y la máquina del tiempo retrocede: estamos en la zona más pobre de Douala. La suciedad, el hacinamiento, el barro, el calor agobiante, los charcos estancados, los mosquitos se vuelven aplastantemente reales. Visitamos las escuelas de las misioneras y la máquina del tiempo avanza: limpieza, orden, color; pero me esperan nuevas sorpresas. Los niños cameruneses. Con 4 años cantan como los ángeles: de bien y de alto. Sus ojos son diferentes. No consigo dormirme.

 

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