20 de noviembre, Día Mundial de la Infancia

Queremos hacer hincapié, fundamentalmente, en dos ideas: por una parte, la importancia de tener presente la perspectiva de la infancia, ¿qué pensarán de los Derechos Humanos los niños y niñas de los suburbios del Bañado en Asunción, los de las aldeas rurales de Chiquimula en Guatemala, los de las comunidades indígenas de Ngobe en Panamá o de Uvira en África? Sin esa perspectiva los derechos de la infancia se quedan en cosas de mayores, que sabemos que, en gran medida, no germinarán en lo profundo. En el desgarrador documental “I want to be a pilot”, el niño Omondi, residente del slum de Kibera, en Kenia, próximo para Entreculturas por la colaboración con el Jesuit Hakimani Center, habla de su derecho a volar para exigir otra vida, para poder alejarse del SIDA, para poder comer todos los días, para poder soñar, para poder tener cuentos de colores en la escuela, para poder andar descalzo sobre la hierba...

Por otro lado, queremos destacar que los derechos no deben ser unos derechos en los que la infancia sea mera receptora, sino unos derechos en los que los niños y niñas deben ser activos. Así, los niños tienen derecho a ser amados pero también a amar, a besar y ser besado, o, como defendemos desde Entreculturas con nuestra apuesta por la Educación Popular, a tener voz en su sociedad tanto en su infancia como en su futura madurez. En las manos de todos, personas adultas y menores, está el trabajar por que el sueño de Omondi sea una realidad.

En esta tarea tu apoyo es imprescindible.

 

 

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