Tony Calleja: “Creo que las organizaciones que estamos manchadas de barro y polvo tenemos un ángulo importante que aportar”
EC: ¿Por qué es tan importante el "acompañamiento" para el JRS?
T.C.: La gente necesita un trabajo profesional e inteligente, pero también necesitan personas que puedan estar con ellos horas y horas. Que escuchen su historia. Que conozcan su nombre. Los que distribuyen la comida en los campos de refugiados apenas conocen a ninguna persona por su nombre... Y eso es muy duro. El Servicio Jesuita a Refugiados busca y promueve una dimensión humana y humanizante del trabajo en los campos de refugiados. Para ello es muy importante hacer amigos... Inevitablemente, entrar en contacto con la realidad de un campo de refugiados te deja "herido" -de hecho, si sales fresco es que no has estado allí de verdad- Y eso que los africanos son impresionantes, nunca pierden la esperanza, ...
EC: ¿Podrías ponernos un ejemplo concreto donde quede reflejado ese acompañamiento?
T.C.: Sí, en Burundi. Hoy en día, la gente está regresando a sus pequeñas tierras ya sobre-pobladas. Familias de ocho o doce personas tienen que vivir con tres cuartos de hectárea en un país donde, si llueve, comes, y, si no llueve, pasas hambre dado que las tierras están agotadas. Nosotros lo que estamos haciendo es reproducir el modelo de unos proyectos que tiene la FAO y añadirles un componente de apoyo y acompañamiento, que es muy valioso.
La idea es proporcionar a estas personas dos cabritas. Esta iniciativa persigue un doble objetivo: primero darles esperanza -que quizás sea más válido que las dos cabritas-, y, segundo, ayudarles a cuidar las dos cabras para que, en unos tres años, puedan empezar a generar una pequeña fuente de ingresos. De esa manera, aterrizando en lo cotidiano, es más fácil acercarse a la gente y sembrar en ella la semilla del cambio, de la autonomía, de una autoestima que la lleve a ser líder de su propio desarrollo. Esa es la verdadera pedagogía.
Lo fundamental es que estamos allí acompañando donde no hay nadie. Acompañando a esas mismas personas a las que acompañamos durante más de 10 años mientras fueron refugiados en Tanzania. Acompañando a esas personas que ahora regresan a sus hogares en Burundi y no tienen nada. Nuestra apuesta no es por un país, sino por las personas y eso la gente lo capta.
EC.: El JRS está potenciando su labor de incidir en las grandes estructuras que deciden sobre el destino de las personas refugiadas, pero, de alguna manera, también realizáis una labor de incidencia estando día a día junto a cada una de esas personas, ¿no es así?
T.C.: Te voy a poner otro ejemplo. Ahora en Goma, cuatro religiosas acaban de terminar una pasantía de cinco meses. Estuvieron trabajando con personas vulnerables. Un día encontraron a una viejecita a la que no daban plástico para su choza. Una de las monjas se planta en la cola de reparto y no se mueve. Finalmente tuvieron que darle el plástico. Aparentemente no es nada, pero para esta viejita fue importantísimo. Creo que las organizaciones que estamos manchadas de barro y polvo tenemos un ángulo importante que aportar.
EC.: Y en este acompañamiento ¿cuál crees que es el papel de las personas que, desde el Norte, tratamos de contribuir a un mundo más justo?
T.C.: Saber del respaldo con el que contamos es sumamente importante, saber que hay gente detrás para que podamos hacer este acompañamiento en el terreno. Sobre todo, sabiendo lo que implica de generosidad en estos momentos de crisis. Es fácil ser generoso cuando todo marcha bien, pero cuando todo el mundo está apretado... Esto demuestra que aquí hay mucho marco lógico, pero también hay mucho corazón. Hay que trabajar así, si te caes hacia alguno de los dos lados, estarás fallando a la gente.
Y si es posible nuestra labor se lo debemos, en gran parte, a su trabajo. Yo sé que no es fácil para vosotros mantener el fervor revolucionario desde la oficina. Pero yo les digo que, de una manera muy clara, ustedes participan en este acompañamiento, así que no se olviden de ello en los momentos más bajos.
EC.: ¿De dónde sacas tú la energía para trabajar donde estás?
T.C.: De la propia gente con la que trabajamos, de los compañeros del JRS que siempre demuestran un gran compromiso... y, por supuesto, también de los apoyos que tenemos, de ustedes y de la gente que colabora en todo el mundo para que la realidad sea, poco a poco, más justa. Así que ustedes, ya saben, la bandera en alto, no aflojen y háganlo bien acá, pues así es como nos pueden ayudar.