Se intensifica la tensión en la frontera haitiano-dominicana

CESFRONT es una compañía militar desplegada en 2007 a lo largo de la frontera norte-sur de República Dominicana. Fue creada con el objetivo, entre otros, de dar seguridad a la zona fronteriza dominicana contra los haitianos que pretenden migrar al otro lado de forma clandestina y con la ayuda de otros medios irregulares. Entre estos medios, se puede citar el "servicio" de los buscones haitianos que, en contacto con sus homólogos dominicanos, les esperan al otro lado de la frontera, con el fin de dirigirlos hacia diferentes destinos. 

Otra razón para situar ese cuerpo militar en la frontera fue el combatir la corrupción que gangrena una parte de la sociedad dominicana y que tiene que ver con los funcionarios dominicanos, especialmente, con los militares que estaban de servicio antes de la llegada del CESFRONT (algunos funcionarios civiles de migración y de la aduana). Sin embargo, desde su llegada a Dajabón, el CESFRONT no ha dejado de realizar actos arbitrarios que se denunciaron inmediatamente. Gracias a estas denuncias se redujeron determinadas irregularidades aunque, en realidad, las cosas no han cambiado. 

Los haitianos son extorsionados por algunos militares del CESFRONT que, con frecuencia, reclaman o aceptan dinero para permitirles pasar a República Dominicana. Cometen también coacciones y graves violaciones a los derechos de los haitianos que frecuentan el mercado dominicano de Dajabón, de aquellos que pretenden encontrar trabajo en República Dominicana e, incluso, de los estudiantes que pasan la frontera de forma regular. Las coerciones cometidas van desde la violencia psicológica (insultos, humillaciones), a la violencia física (malos tratos corporales, golpes de fusil, cachetes, etc.), pasando por los abusos sexuales y los homicidios. 

Asimismo, después de la llegada del CESFRONT, los arrestos arbitrarios se multiplicaron en la frontera y, en consecuencia, los derechos de los haitianos fueron pisoteados. 

En la frontera, la vida humana no cuesta gran cosa. Todo puede ocurrir en cualquier momento, pues una parte de las autoridades dominicanas no tiene respeto por los haitianos. Algo que se constata con las malas prácticas de agentes del CESFRONT. De ahí que se muestren intolerantes y dispuestos a golpear e, incluso, a disparar cuando se trata de apoderarse ilegalmente de dinero de ciudadanos haitianos. 

Dado que a un militar no se le prepara sino para la defensa armada de su país, no es ilógico pensar que una de las causas que explican esta desproporción en la vigilancia de la frontera es el servirse de militares y de tropas especializadas para actos y situaciones que, en realidad, deberían ser controladas por el personal de Migración, debidamente protegido y/o por la policía de fronteras, siempre debidamente preparados para estas tareas. Se puede, ciertamente, defender una frontera, pero nadie tiene el derecho de disparar sobre un simple ciudadano no armado, sea cual sea su nacionalidad. 

La sociedad civil de Ouanaminthe (Haití) y de Dajabón debería organizarse para decir NO a los procedimientos militares negativos y desproporcionados, NO a la corrupción de miembros del CESFRONT y de otros funcionarios y debiera asegurarse además que se hará justicia. 

El Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes en Dominicana, también llamado Solidaridad Fronteriza (SFW/SJRM), reclama que se lleve a cabo una rigurosa investigación acerca de las actuaciones de agentes del CESFRONT, a partir de su llegada hasta la fecha. SFW/SJRM estima que las humillaciones y sufrimientos que soportan los haitianos en República Dominicana son consecuencia de las graves carencias del Estado haitiano en materia de relaciones binacionales, de política migratoria y de la falta de puesta en práctica de un proyecto de sociedad centrado, entre otras consideraciones, en el desarrollo sostenible, la educación, la salud y el trabajo, de manera que los haitianos que residen en su país puedan contribuir a su desarrollo, satisfechos de su forma de vida. 

Esperamos que el Estado haitiano y el Estado dominicano, en colaboración con las organizaciones de la sociedad civil y los ciudadanos conscientes de los dos países vecinos, puedan trabajar juntos de cara a la armonización de las relaciones binacionales y el desarrollo de ambos pueblos y sus habitantes. 

Fuente: JRSM Republica Dominicana