Entrevista a Víctor Murillo sobre el Programa de Calidad Educativa de Fe y Alegría

 

América Latina es la región con más altos índices de desigualdad del planeta (informe PNUD 2011). Frente a esta apremiante situación la educación tiene como tareas pendientes la redistribución y ampliación de oportunidades y el fortalecimiento de la cohesión social. La Federación Internacional Fe y Alegría, con el apoyo de Entreculturas, ha desarrollado un Sistema de Mejora de la Calidad de la Educación como alternativa para garantizar una buena educación a las personas que tienen menos y contribuir a la calidad de los sistemas educativos públicos de los países de América Latina.

Este Sistema de Mejora, llevado a cabo desde la Federación Internacional de FyA en el marco del Programa de Mejora de la Calidad Educativa (conocido comúnmente como P1), permite a los centros generar una cultura permanente de mejora a través de un ciclo de trabajo que comienza con una evaluación multidimensional de los centros educativos y sigue con una reflexión en los mismos centros en torno a los resultados de esta evaluación, articulados con el análisis del contexto en el que se encuentran. El proceso culmina con la elaboración e implementación de planes de mejora y su sistematización. Finalmente, este proceso enlaza con una nueva evaluación de calidad, que permita conocer los avances de cada centro educativo, introducir los ajustes necesarios al sistema de calidad y comenzar un nuevo ciclo de mejora.

Dicho Sistema comenzó a implementarse en 2004 y ya ha sido aplicado en más de 400 centros educativos de América Latina, siendo reconocido por diversas entidades públicas y privadas (como, por ejemplo, Ministerios de Educación, Universidades, etc.).

 

 

 

PREGUNTA: ¿De qué hablamos cuando hablamos de "Educación de calidad"?

RESPUESTA: Cuando hablamos de educación de calidad hablamos, principalmente, de lograr el desarrollo integral de todas las personas buscando su mejora en la calidad de vida de ellos como personas y de la comunidad donde están y, en tercer lugar, hablamos de la transformación social. Es decir, si uno hace énfasis en todo el desarrollo integral de las personas, buscando la mejora de su calidad de vida, es para que no sólo se queden en ellos sino que busquen la transformación de la sociedad, que es la que nos viene produciendo pobreza, desigualdad y exclusión.

¿Qué lugar ocupa la Educación de Calidad en la Federación Internacional de Fe y Alegría?

A nivel federativo, el Plan Estratégico de la Federación Internacional de Fe y Alegría consta de toda una serie de programas que, desde los inicios, ya nos hemos familiarizado en llamarlos por sus números P1, P2, P2... etc. El P1 es el programa de calidad en la educación popular, el P2 es la educación para el trabajo, el P3 el de informática educativa, el P4 la formación de docentes, el P5 tiene que ver con la promoción social y el desarrollo comunitario, el P6 con la gestión y la sostenibilidad, el P7 con la pastoral y el P8 es el programa de Acción Pública.

Aunque existe un programa, el nº1, que lleve por título "Calidad Educativa", la preocupación por una educación de calidad la detrás del resto de programas. Es un objetivo transversal y, como tal, ha de ser abordado transversalmente: una educación de calidad no se entiende sin una formación adecuada de los docentes, sin unas infraestructuras básicas para la enseñanza, etc.

 

¿Cuáles son los principales agentes de una educación de calidad?

Los primeros agentes podrían ser los directivos de los centros, precisamente porque, si no es con su apoyo, no hay forma de lograr transformaciones institucionales en los centros. Después estarían los educadores, los estudiantes, las madres y padres de familia y, finalmente, toda la comunidad en la que se inserta el colegio.

Hay un actor, quizás más externo al colegio, que son los coordinadores pedagógicos que las Fe y Alegría tienen en cada país y que colaboran en ese proceso de construcción de la mejora educativa.

 

 

 

¿En qué consiste el proceso de mejora que promueve Fe y Alegría de cara a lograr una educación de calidad?

Tratamos de ofrecer a los centros educativos lo que, probablemente, no están en capacidad de hacer por sí solos. Les ofrecemos una orientación y una ayuda para mejorar la calidad de la educación que ofrecen. Ojo, no se trata de llegar y ofrecerles una serie de "recetas mágicas", sino que compartimos con ellos una sistematización, una forma de hacer las cosas, pero son los propios centros los que se hacen protagonistas de todo el proceso y los que han de saber adaptar a su realidad y a su contexto lo que nosotros les ofrecemos.

Se trata de una "autoevaluación" que se asume voluntariamente y que devuelve al centro información muy interesante sobre sus problemáticas y sobre las mejoras que podrían llevar a cabo a medio y largo plazo. Una vez identificadas esas líneas de acción, se organizan planes anuales y se trabaja para poner en marcha los cambios necesarios.

 

¿Qué determina si un centro está ofreciendo o no una educación de calidad? ¿Podemos hablar de "estándares" de calidad?

Yo no me atrevo a hablar de "estándares", sí creemos que hay toda una serie de indicadores que primero me dicen si el centro pasó por las diferentes fases que tiene el sistema haciendo lo que tenía que hacer, y eso es relativamente fácil, es más parecido a una lista de chequeo. Los otros indicadores apuntan a las condiciones, es decir, el sistema requiere de toda una serie de condiciones sin las cuales difícilmente va a funcionar (participación, formación, socialización, organización, seguimiento, acompañamiento...), es decir, hay una serie de condiciones que parten de involucrar a todo el centro, de formar a todos los actores para que su participación sea cualificada, de buscar espacios para poder socializar e intercambiar entre todos, buscar diferentes estrategias para que todos se sientan protagonistas y actores principales en la definición de los problemas y de las soluciones que se van a proponer. Para eso sí hay indicadores fácilmente medibles.

Después hay otros indicadores en términos de contenidos. Esos los establece el propio centro en función, como decíamos, de su contexto y de sus recursos y capacidad. Esos indicadores están incluidos en los planes anuales y han sido elaborados a luz de la opinión de los propios directores, profesores y demás personal del centro.

Por eso no hay estándares únicos, aplicables por igual, sino más bien unos parámetros básicos que nos hablan de si el sistema se está aplicando, si existen las condiciones para lograr los objetivos y si los datos que se recogen responden a los objetivos planteados conforme a las especificidades del contexto.

 

¿Qué papel juegan, entonces, los profesores y las profesoras en la calidad educativa?

Sin duda, son unos actores clave en tanto que tienen un amplísimo conocimiento de la realidad de su centro educativo. Por esta razón, se les consulta muy especialmente durante el proceso de definición de problemáticas y de búsqueda de soluciones para la definición del plan de mejora.
Después, Fe y Alegría focaliza mucho en la formación de los docentes, porque es evidente que la calidad del colegio -en últimas- está marcada por la calidad de los educadores. De ahí que todo lo que se haga para cualificar al docente en su trabajo cotidiano en el aula, para que mejore sus prácticas en pro de que sirvan para lo que deben servir, favorece al centro educativo en su sentido más amplio. Son el punto vertebral de la educación.

 


¿Cómo encaja la acción de Fe y Alegría en la propia responsabilidad de los Ministerios de Educación de cada país?

De entrada hay una coincidencia, al menos en términos de declaraciones, y es que los Ministerios hoy dicen que se comprometen con la calidad. En ese sentido, tenemos una clara sintonía. Sin embargo, el camino está lleno de dificultades y, posiblemente por no acabar de construir bien una intervención conjunta, colaborada, terminamos exigiendo demasiado a los centros escolares... y esto es un aspecto claramente a mejorar y que tenemos muy presente.

Ya se están dando pasos favorables para ello; en Colombia, por ejemplo, el Ministerio de Educación validó el sistema de calidad de Fe y Alegría equiparándolo a otros sistemas norteamericanos, y ese mismo acercamiento se está dando en otros países de Latinoamérica.

Ahora bien, aún hecho eso, hay que hacer todo un trabajo con los funcionarios para facilitar todos los trámites burocráticos y agilizar todo este propósito de acción conjunta entre los Ministerios y Fe y Alegría.

 

Y, desde la sociedad o desde la comunidad educativa, ¿cómo se está percibiendo el trabajo de Fe y Alegría?

El protagonismo de la comunidad educativa contribuye, sin duda, a la buena acogida de nuestro sistema de calidad. Asimismo, el grado en que los centros educativos se apropian (en el buen sentido) de nuestra propuesta y la hacen suya y se involucran en ella, se garantizan los buenos resultados y, digamos, la buena reputación y el buen funcionamiento de nuestro trabajo.

A este respecto, desde Fe y Alegría procuramos tener a la comunidad permanentemente informada, para que entiendan el sistema y participen en él a fin de que deriven en actores fundamentales y contribuyan a solucionar los problemas que ellos mismos han identificado.

No es fácil. Es un reto. Sería mucho más fácil contratar a un técnico que impusiera un sistema cerrado de evaluación de la calidad. Pero nosotros tratamos de hacer partícipes a todos los actores, de escuchar lo que todos tienen que decir, porque es más rico y más realista, aunque lleve más tiempo y se convierta en un proceso más complejo.

Si queremos convertir la escuela en una fábrica que se preocupe sólo del rendimiento de sus estudiantes, nos estaríamos condenando a seguir en la situación de desigualdad actual. Por eso miramos la educación desde la perspectiva de la pedagogía, de los valores, desde el concepto integral de la formación de los seres humanos. Desde su potencial transformador. La apuesta por la calidad es casi un implícito de la educación popular. Más allá del acceso, los sectores populares tienen derecho a una buena educación. No es cierto eso de que es mejor una mala educación que ninguna educación. Es mejor y necesaria la mejor educación posible para quienes están en peores condiciones. De lo contrario, no tendría sentido lo que hacemos.

 

   
Título: Evaluación y mejora educativa: una apuesta por la calidad y la equidad

Resumen: Se trata de un documento para la incidencia política, fruto de una colaboración entre el Programa de Mejora de la Calidad Educativa (n. 1) y el de Acción Pública (n. 8), a través del cual Fe y Alegría quiere contribuir al debate sobre calidad educativa desde sus prácticas y su compromiso por la equidad. Presenta el sistema de evaluación y mejora
 

educativa desarrollado por Fe y Alegría, pone de relieve sus bondades y ofrece recomendaciones para la construcción de políticas públicas que aprovechen la evaluación como ocasión para desarrollar procesos de mejora que involucren a toda la comunidad educativa.

Año: 2011

Fuente:FyA                                                                DESCARGAR