América Latina cierra las puertas a Haití
Tras año y medio después del terremoto, Haití sigue presentando signos de estancamiento. Gran parte de la población continúa en la calle, bajo las carpas, o sigue sin tener un trabajo que desarrollar después de que el seísmo destruyera su negocio. Ante esta precariedad generalizada, son muchas las personas que, para sobrevivir, se plantean huir del país y salir en busca de un nuevo futuro.
El Servicio Jesuita a Refugiados para Latinoamérica y Caribe (en adelante, SJR-LAC), ha elaborado un documento en el que recoge algunas apreciaciones importantes sobre la situación de los refugiados haitianos en la región.
Para empezar, es incuestionable que las consecuencias de la tragedia (y, más aún, el hecho de que todo siga casi igual después de tanto tiempo), han supuesto un incremento notable de la migración haitiana hacia América Latina (en 2009 había unos 75.000 haitianos en Latinoamérica; en la actualidad, se superan los 100.000). El problema, según apunta el estudio, es la falta de mecanismos de protección con la que se encuentran... debido, fundamentalmente, a la ambigüedad que manifiestan los gobiernos a la hora de aplicar el estatuto de refugiado a los migrantes haitianos. ¿Son refugiados o son migrantes económicos? Bajo esa duda las autoridades de los países de acogida evitan ofrecer asistencia y protección a los haitianos basándose en la interpretación restrictiva de "refugiado" plasmada en la Convención de Ginebra de 1951. Al mismo tiempo que endurecen sus políticas migratorias para blindar sus fronteras.
Por otro lado, la presencia de complejas redes de trata y tráfico de personas que operan desde Haití y en los países de tránsito y de llegada es otra de las grandes vicisitudes a las que deben enfrentarse los haitianos y haitianas. El SJR-LAC ha detectado al menos dos de estas redes que reclutan a ciudadanos haitianos bajo falsas promesas de estudios y oportunidades de trabajo en diversos países de América Latina.
El SJR-LAC, principal socio local de Entreculturas, manifiesta su preocupación ante la situación de emergencia y desamparo que están viviendo miles de haitianos y haitianas en varios países de América Latina, ante el endurecimiento de las políticas migratorias que están suponiendo un auténtico cierre de fronteras para los haitianos, ante la actitud deplorable de quienes integran las redes de trata y tráfico de personas y, especialmente, ante la aleatoriedad con la que los gobiernos aplican la Convención de Ginebra a fin de considerar a los haitianos y haitianas de huyen de su país como meros "migrantes económicos".
En Entreculturas nos sumamos, pues, a la demanda de la puesta en marcha de una protección internacional para regularizar la situación migratoria de los haitianos, garantizar su no deportación y favorecer su integración de manera digna en los países de acogida.