"Asumir este papel de Director es un desafío muy grande, pues en Argentina hay una enorme desigualdad de condiciones, pero lo afronto con mucha ilusión", afirma. "Ahora tenemos que fortalecernos como institución, darnos a conocer y expandirnos para poder llegar a cuantas más partes mejor".

A su paso por Entreculturas, donde ha tenido ocasión de reunirse con varias empresas españolas interesadas en seguir apoyando los proyectos de Fe y Alegría, Alejandro nos ha ofrecido una mirada sincera y realista de un país del que poca gente sabe que casi el 30% de la población es pobre.

"Fe y Alegría Argentina significa adentrarse en las realidades del noroeste argentino donde hay mayor concentración de pobreza. Fe y Alegría está presente en Jujuy, Salta, Chaco, Corrientes y Buenos Aires, esto es, cinco de las 24 provincias en que se divide Argentina. Por un lado, trabajamos una línea de educación formal, promoviendo el acceso a la educación de niños, niñas y jóvenes, así como la formación de docentes. Y, por otra parte, desarrollamos una línea de trabajo centrada en al apoyo social, en el fortalecimiento de las comunidades y las familias donde están ubicadas las escuelas", explica Alejandro. "Hace un tiempo hemos puesto en marcha un proyecto de "Aulas abiertas" donde recibimos a jóvenes y adolescentes que se han salido o no han tenido la oportunidad de acceder al sistema escolar. Allí los acogemos, los acompañamos y tratamos de estar a su lado para que reciban una formación básica o, incluso, profesional, para que puedan encontrar una salida hacia el mundo laboral".

Según Alejandro, "el sistema educativo argentino era muy bueno, al menos, hasta hace 20 años". Ahora, al parecer, las cosas han cambiado y se ha deteriorado... el contexto mundial de crisis ha repercutido en un incremento de la deserción escolar y una cierta merma en las políticas educativas. "Ante esta situación, el Estado reconoce sus límites y es ahí donde entramos en juego nosotros", afirma Gauffin, Fe y Alegría trata de llegar ahí donde el Estado no llega, ofreciendo una educación gratuita y de calidad y velando por el acceso a las aulas de las poblaciones más desfavorecidas. Desgraciadamente, somos necesarios.