8 de marzo: Día Internacional de la Mujer

"Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural en los planos nacional, regional e internacional y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad internacional."
(Declaración y Programa de Acción de Viena, parte I, párrafo 18)

Sin por ello abandonar el discurso reivindicativo, es cierto que después de más de 30 años de que las Naciones Unidas reconocieran el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer los avances han sido muchos y la lucha por la equidad de género ha comenzado a dar sus frutos. Poco a poco, el papel de la mujer en la vida cotidiana se va alejando de la discriminación y el sometimiento para alcanzar las cotas de igualdad que deberían haber primado desde un principio.

Precisamente por eso, porque la igualdad de género se nos antoja una cuestión transversal y extremadamente importante para el desarrollo de los pueblos es por lo que desde Entreculturas queremos unirnos a esta celebración y, por qué no, a esta reivindicación que aún tiene muchos asuntos pendientes. Entre ellos, la educación, uno de los pilares fundamentales que defendemos desde nuestra organización. Según la Campaña Mundial por la Educación, cerca de 80 millones de niños en todo el mundo carecen de acceso a la escuela; de los cuales, más de la mitad son niñas.

La negación de este derecho básico constituye de por sí una violación grave de los derechos humanos; y es particularmente discriminatorio en el caso de las niñas, a quienes en muchas ocasiones no se les permite ir al colegio por tener que ocuparse de la casa o por desestimar su formación intelectual como una prioridad para ellas.

En Entreculturas consideramos necesario poner fin a esta injusticia y para ello promovemos campañas de sensibilización y apoyamos proyectos que, desde la perspectiva de género, promuevan las mismas oportunidades para los niños y para las niñas. Pues sólo mediante una educación igualitaria conseguiremos un mundo igualitario.

 

Quispicanchi (Perú), promoción de la equidad de género

En Perú, una de cada cuatro niñas entre los 12 y los 17 años abandona los estudios. Por su parte, las que deciden continuar acumulan años de atraso escolar y, ya en 3º de Primaria, cuatro de cada cinco niñas tienen una edad superior a la correspondiente a dicho nivel. La problemática para el acceso y la permanencia en la escuela de las niñas se agudiza en zonas rurales como la provincia de Quispicanchi, en el Departamento de Cusco. En esta zona, la mayoría de las familias viven en la extrema pobreza, considerando el trabajo de sus hijas como algo natural y necesario, lo que influye en los índices de asistencia al aula, atraso escolar, extraedad, abandono y deserción.

Ante esta situación, Fe y Alegría Perú impulsa desde hace años un proyecto de promoción de la equidad de género en las escuelas rurales orientado a incrementar la permanencia de las niñas en la formación primaria. Para ello, se pretende también concienciar a los y las docentes, a los padres y madres de familia y las propias niñas sobre la necesidad de que vayan al colegio y finalicen, al menos, la primera etapa.

El fomento de la educación de los más pequeños y, sobre todo, de las niñas -que son a quienes más se les relega este derecho- es la herramienta fundamental con la que Fe y Alegría trabaja para conseguir la promoción humana de los pueblos más desfavorecidos. Se plantea, en esencia, como una respuesta a las condiciones sociales marginales de amplios sectores de la población en países pertenecientes a la región de América Latina y el Caribe.

 

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